En la ciudad de Cádiz existe un templo al que cada febrero peregrinan cientos de personas para rendirle culto y contarle, cantando, lo que ha sucedido en el mundo el último año.

Un recinto sagrado de ladrillos ‘coloraos’ que durante un mes centra las miradas y los oídos de miles de aficionados al Carnaval en toda España. Se llama Gran Teatro Falla y hasta 2020 había acogido sin interrupción el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas (COAC), donde se dan cita las más altas pasiones.

Las entradas para ver las funciones vuelan en taquilla y en internet porque el Carnaval hace mucho tiempo que traspasó las fronteras de la playa de Cortadura para convertirse en objeto de admiración de aquellas y aquellos que tuvieron un buen día la suerte de descubrirlo.

Piropos, críticas y humor van de la mano en las coplas que Cádiz regala al resto del planeta gracias al empeño de las agrupaciones, que realizan un ejercicio de constancia y fidelidad únicos, traducido en un hecho insólito y sin parangón: estrenar cada año una nueva obra.

Este libro, que toma prestado su título de la primera frase que el secretario del jurado pronuncia antes de cada fallo y que dispara la tensión de todos los carnavaleros que la escuchan, es un recorrido por 44 años de coplas, 45 concursos. Lo que aconteció en el Teatro Falla durante el Carnaval democrático desde la muerte de un genio, Paco Alba, a la de otro, Juan Carlos Aragón.