Javier García-Pelayo tiene una memoria prodigiosa.
Sobre la marcha. Literatura verité
Cuenta su vida con tantos detalles que nadie puede dudar de su veracidad. Y si aparecen algunas mentiras, que seguro que las hay, ni se notan, porque la voluntad de verdad se sobrepone a todo. Nada ni nadie que haya tenido que ver con él se escapa de su narración.
Javier García-Pelayo tiene una memoria prodigiosa.
Acontecimientos y personas, lugares y tiempos, vida y supervivencia, nacimientos y muertes, amores y desamores, amistades y enemistades, sueños y realidades, centros de reunión y ámbitos de opinión, bodas y bautizos, músicos y empresarios, hijos y padres, tíos y tías, Jerez de la Frontera y Sevilla, Fuente del Maestre y Madrid, España y Marruecos, carretera y manta, rock and roll y pop, etcétera, etcétera, todo es integrado en un proceso narrativo a la antigua usanza. Escribe como antaño hablaban entre ellos los carpinteros, los mecánicos, los agricultores, las tabaqueras, los marineros… O sea narra.